XI CERTAMEN LITERARIO PABLO ANTONIO CRESPO

Hoy estamos muy orgullosas porque nuestra alumna de 6º de E.P. de la localidad de El Poyo del Cid Wisal ha ganado el primer premio del XI Certamen Literario Pablo Antonio Crespo en la categoría D, que comprende a alumnado desde 5º de E.P. hasta 2º de E.S.O. 

Aquí os dejamos su relato: "Ser natural no es ser diferente"

Había un jovencito llamado Rafik que se caracterizaba con una piel oscura. Vivía en Madrid con toda su familia, aunque nació en un pueblecito de África llamado Nuba. Su vida en Madrid era muy apasionante y se sentía afortunado por tener una gran familia, con muchos amigos en su club de atletismo. Él comparaba su calidad de vida con la vida de sus abuelos en Nuba donde apenas tiene recursos para vivir, por eso sus padres de vez en cuando les envían dinero.

Sus sentimientos en el colegio la hacían reflexionar, siempre se veía diferente a sus compañeros, principalmente por su color de piel oscura. En vez de aceptarse así mismo tal y como es, lo que hacía es ponerse pintura de cara blanca, le robaba el maquillaje a la mejor amiga de su madre, cuando iba a visitarla a su centro de peluquería. Colocaba maquillaje de un tono claro, en todo el cuerpo y él se pensaba que así sería igual a los demás. El grupo de amigos con el que iba, se reían de los niños que venían de otros países. Los días pasaban y él seguía utilizando su estrategia de aclarar su piel.

Un día Rafik se fue solo a andar por el monte, se sentó cerca de un rio, estuvo pensando y vio su reflejo en el agua y descubrió que se veía tal y como es. De repente, una voz muy suave le dijo: lo que estás haciendo está muy mal, tienes que aceptarte. Rafik estuvo reflexionando un rato viéndose cómodo con su piel oscura en el reflejo del agua y tomo una decisión. Ya no iba a pintarse de blanco. Decía aunque me pinte de blanco en mis reflejos me veo tal y como soy así que tengo que aceptarlo. Entro al rio teñido de blanco y salió, después de darse un chapuzón, por la otra esquina con su color natural. Rafik se dijo a sí mismo: ¡mis amigos son malos no tengo por qué ir con ellos!, mañana les diré qué sí no me aceptan como soy, dejare de ser su amigo. 

Al querer bajar del monte tuvo un poquito de vergüenza por toda la gente que le veía siempre blanco y ahora negrito, pero no importa dijo ser diferente nos hace iguales. Al volver a su casa sus padres se sorprendieron, era la primera vez que salía a la calle natural, con su color. Estaban felices, porque a pesar que no compartían su idea de maquillarse de blanco veían que su hijo empezaba a aceptar su tono de piel y no se avergonzaba de ello. Sus padres también se pintaban de blanco porque en esa época tenían a las personas de piel oscura como esclavos y los papas de Rafik querían ser libres hasta encontrar algún fin para que exista la igualdad entre las personas de diferentes países.

Rafik al ver lo que le habían contado sus padres se fue a su cama muy triste, dijo mejor me vuelvo a pintar porque seguro que de mayor me pasará como a mis padres y no quiero que me tengan como esclavo.

Al día siguiente Rafik se volvió a pintar de blanco y se fue muy triste al colegio por no haber podido ir natural a clase como todos los niños. Estuvo así durante un tiempo.

Un día vino una chica llamada Samia de Ecuador, era una chica de piel oscura, ojos azules, pelo rizadito oscuro y bajita. Cuando la vio Rafik se reconoció con ella y fueron amigos. Un día Rafik le dijo ven te tengo que enseñar una cosa. Se fueron a su lugar favorito, en el monte, donde su subconsciente le dijo reflejado en el agua que estaba cometiendo un error. Estuvieron hablando y le pregunto Rafik a Samia: ¿por qué no te pintas de blanco? ¡de mayor te usaran de eslava! Ella le contesto muy enfadada ¡yo soy una persona y me tienen que aceptar como soy! Le llevo al rio y se sentaron en la orilla. El agua era superclarita con un azul cristalino brillante que los reflejaba tal y como eran. A Rafik no le reflejaba blanco con la pintura, le reflejaba natural. Rafik se quedo bloqueado, paralizado… Samia le estaba llamando, el dio un salto y le dijo: la voz que me hablo el otro día cuando estaba yo aquí solo era la tuya, estoy segurísimo. Tu voz es la que me ayudo a dejar mis miedos de enseñar mi color de piel natural a los demás, y ahora está pasando lo mismo, entraron al rio, se dieron la mano y salieron de la otra orilla con una preciosa piel oscura. Al día siguiente se volvieron a ver, tenían un plan, hicieron millones de carteles para pegarlos por toda la ciudad diciendo “todos iguales nadie diferente”.

Por esa época en España reina un rey muy malo que entró a su casa diciéndole a sus padres que su hijo había desobedecido sus normas de que los que son de piel negrita tenían que ser esclavos en los campos. Cuando el rey se fue mando a sus soldados para atrapar a Samia y Rafik y después de un tiempo dejarlos irse como castigo. Cuando los cogieron los ataron, los llevaron a un sitio muy oscuro con una pequeña bombilla y los dejaron solos. Rafik estuvo pensando. En el cuarto se veían sus sombras, eran iguales las dos negras por la oscuridad, Rafik y Samia estuvieron viendo sus sombras y dijo Rafik ojala seamos como las sombras todas iguales ninguna diferente.

Después de unos días el rey falleció y los esclavos fueron liberados por otro rey más bueno. Dejaron de pintarse de blanco, era otro mundo, ya existía la igualdad entre las personas. Desde entonces Samia y él fueron mejores amigos, fueron juntos a un instituto en una ciudad llamada Toledo. Después de terminar la universidad se fueron a una misión a África con una asociación S.O.S África, consiste en ayudar a los niños que no tienen ropa. Se enamoraron y se casaron. La boda la hicieron en África, después fueron a vivir un año a Ecuador, tuvieron dos hijos, uno era de piel blanca y el más pequeño era de piel oscura, clavadito a sus padres. Después de un año regresaron a España.

Y fin esta es la historia de mis abuelos, decía un niño de piel negrita.